La política de las mujeres:
Lo primero vivir también en tiempos de crisis.
Lo primero vivir también en tiempos de crisis.
En la calle, (la última vez el 14 N) comparto/expreso mi malestar en ese “ASI, NO”, pero el paso al “ASI, SI” allí no lo encuentro.
Vuelvo a casa con un toque de impotencia.
Mi “ASI, SI” tiene que ver con otra mediación con la realidad que esté guiada por la relación, la palabra, la libertad que da la independencia simbólica para acoger que soy una mujer, y las mediaciones de fuerza y poder no me gustan, me dan miedo. El ASI, SI lo siento en Entredós, allí alimento y comparto que es posible otro mundo en esa mediación . Me ilusiono porque toca lo que está en mí, siento que no estoy sola y el “SI PUEDO”, salgo de la impotencia.
En Entredós el día 7 Laura Mora Cabello de Alba [1 por su deseo y por el de Milagros Montoya Ramos, compartió con nosotras su experiencia del Encuentro en Paestum (Italia), “Primum Vivere” (lo primero vivir).
Laura Mora y Milagros Montoya
“Lo primero vivir”: Prioridad a lo que está vivo.
La mediación del amor.
La relación, “el centro” de la práctica política.
(Lía Cigarini).
Laura nos contó como más 800 mujeres, de todas las edades, de diferentes partes de Italia y de otros países en “congreso original”, sin ponentes, ni especialistas trabajaron en grupos, con soltura en la práctica del “partir de si”, sobre la política, la representativa y la de las mujeres. De la relación entre mujeres jóvenes y mayores. De la precariedad laboral expresada por las jóvenes y la necesidad de simbólico libre para nombrarla sin caer en la queja.
¿Qué había movido a tanta mujer a asistir al encuentro?
La necesidad de la relación, de compartir.
La pasión por la política de las mujeres:
El “pensar en presencia” de otras. (Chiara Zamboni).
Allí estaban Lía Cigarini, Luisa Muraro, Anna Mª Piussi, Clara Jourdan, Chiara Zamboni y …
Laura valoraba la madurez política del Encuentro, la soltura con la que se manejaban, teniendo en cuenta el gran número de mujeres que acudió. La necesidad de resignificar la violencia desde el amor (Luisa Muraro), y que con Milagros Rivera Garretas aprendió que “todas las palabras son resignificables, porque viven en el régimen del amor”.
También se vino con esta pregunta:
¿Como abrir el horizonte político con simbólico libre
en el trabajo y en la sexualidad?
*****
Las mujeres que escribieron el Manifiesto “IMAGINATE QUE EL TRABAJO”, en la Revista Sottosopra estuvieron en Paestum.
Es un documento precioso que podéis encontrar en la Revista Duoda , nº 38 (podéis pedirlo en vuestra librería). Comparto con vosotras algún párrafo para daros una idea de algo que estuvo presente en el Encuentro que muestra la politica del deseo, la politica de las mujeres.
“PRIMUN VIVERE”, lo primero vivir. También en tiempos de crisis.
EL TRABAJO ES MUCHO MÁS
Es trabajo lo necesario para vivir
Cuidar diariamente de la casa para que sea acogedora y confortable – Preparar la comida, fregar y secar – Comprar regularmente todos los productos de consumo – Lavar y planchar la ropa personal y la lencería de la casa – Criar a los hijos y educarles – Escoger y coordinar bienes y servicios – Dialogar con las instituciones y la burocracia – Hacer en los plazos previstos los pagos debidos – Vigilar la salud y garantizar las relaciones con las instituciones médicas – Garantizar socorro rápido en la infinidad de emergencias de la vida cotidiana – Escuchar, animar y consolar todos los días a quienes viven en casa – Inventar soluciones, resolver problemas, afrontar las necesidades de otros personalizando las intervenciones – Gestionar el propio sentimiento de culpabilidad en caso de no solucionar los problemas – Ayudar a quien atraviese un período de dependencia – Asistir a quien esté temporalmente enfermo – Cuidar de quien no es autosuficiente – Acompañar a quien esté envejeciendo – Cultivar relaciones y afectos con amigos, parientes y conocidos – Mantenerse al día e informarse para desempeñar adecuadamente las funciones antedichas.
Todo esto es trabajo necesario para vivir.
Un trabajo emprendedor y creativo que comporta decisiones e inversiones, pone en juego valores y deseos, inteligencia y conocimiento. Un trabajo en el que se aprende, se innova y se inventa, se escoge y se decide, combinando recursos y capacidades múltiples, y haciendo uso de la propia libertad. Pero este trabajo no es cuantificable, no tiene nombre, no se ve.
No se ve en el PIB, no se ve en la nómina, no se ve en los indicadores del bienestar de las naciones y de los individuos.
Es una mole enorme de trabajo: en todas las economías avanzadas, incluidos los países nórdicos, ocupa en conjunto un número de horas superior a las que están dedicadas al trabajo pagado. Este es el fantasma que hoy merodea por Europa.
Todo este trabajo lo hacen, y lo saben hacer, sobre todo las mujeres.
La experiencia de la cotidianeidad, el conocimiento de todo el trabajo necesario para vivir, puede ser una palanca para cambiar la economía.
LOS NOMBRES de un TRABAJO INDECIBLE
Trabajo doméstico – Trabajo familiar
Trabajo elemental – Trabajo de reproducción
Trabajo de reproducción social – Trabajo de cuidado
Palabras abstractas, edificantes, deprimentes:
ciertamente no hacen pensar en la belleza de la vida.
Imagínate que todo el trabajo gratuito, necesario para vivir, que hacen (sobre todo) las mujeres, entre en las cuentas nacionales y sea reconocido como contribución imprescindible para la riqueza de todos. Y que, en consecuencia, haya un acuerdo general para facilitarlo, valorarlo y redistribuirlo.
Más bien, que sea desvelada hasta tal punto su belleza y su utilidad que todos y todas ambicionen hacer al menos un poco.
Imagínate que las trabajadoras y los trabajadores tengan, en el trabajo para el mercado –ya no la única fuente reconocida de bienestar-, fuerza contractual para negociar tiempos elásticos que tengan en cuenta los tiempos de vida.
Imagínate que el trabajo funcione con reglas transparentes, sepa reconocer y valorar las distintas competencias y creatividades, dando no solo dinero sino también gratificaciones y reconocimientos.
Imagínate que sean premiadas la capacidad de trabajar en común y el sentido de la responsabilidad.
Imagínate, pues, que, teniendo en cuenta todo esto, resulte natural pensar en otro concepto de desarrollo, que cuide el mundo para los habitantes del mañana, y que asimismo todos y todas hayan aprendido a cuidar de los niños entrando en relación con ellos.
Imagínate que los hombres se cansen de reafirmar su desgastada identidad y de jugar a la guerra en todas sus formas, y se pongan en relación con los demás seres humanos. Y que, en consecuencia, las mujeres no sean empujadas a imitarles, a su pesar, en el único juego público permitido, al precio de desgarradoras fatigas.
Imagínate que esta política muerta que ves hoy a tu alrededor, sea por fin enterrada y deje sitio a algo nuevo que se alimente de la vida que narre cada persona.
Muchísimos piensan que todo esto es imposible y, por tanto, vano y dañino el imaginarlo. O mejor, puesto que piensan que es vano y dañino imaginarlo, dicen que es imposible.
Nosotras, en cambio, pensamos que...
EL MIRAR MÁS ALLÁ y FORZAR los CONFINES TRAE VENTAJAS
y ACRECIENTA LA LIBERTAD” [2]
¿Que os parece? a mi según voy leyendo el “ASI, SI” me brota dentro. Con ellas si compartiría calle y pancarta, siento que esta “propuesta” si toca mi deseo, mis ganas de política, la “política de las mujeres”, que no excluye a los hombres que deseen acoger esta mediación con la realidad que no es de fuerza ni de poder.
Gracias Laura, Milagros y Entredós.
Rosa Millán Garcia
[i] Profesora de Derecho del Trabajo de la Universidad de Castilla-La Mancha desde hace 15 años. Profesora de Un derecho del deseo, un derecho sexuado en el master de Duoda, Universidad de Barcelona. También participa en el Tribunal Internacional de Libertad Sindical en México.
[2] Revista Duoda número 38. Traducido del italiano por Mª Milagros Rivera Garretas. http://www.ub.edu/duoda/upload/publicaciones/Du38comp.pdf
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