viernes, 14 de septiembre de 2012

Rachel Corrie. Carta a su madre, 27 de febrero de 2003.

28 de  agosto, hace  dos  días  que  volví  del  mediterráneo, de  un  tiempo  sin  apenas “noticias”  y  hoy  me  entero:  

La Corte sentenció que la muerte de la joven, Rachel Corrie, que tenía en aquel momento 24 años, fue accidental y que ella misma se puso conscientemente en situación de riesgo. «Se trató de un accidente desafortunado y no de una acción intencionada», señaló el juez Oded Gershon, que añadió que Corrie estaba en el lugar «de forma ilegal», puesto que se trataba de una zona militar cerrada, informó el diario digital «Times of Israel»…Su muerte es resultado de un accidente que ella provocó contra sí misma», dictaminó el juez”.  (1)


LA   JUSTICIA   que   NO  ESTÁ  a   la  ALTURA  
de   lo   que   ESPERAMOS  la   BUENA  GENTE,  no  es  justicia.
Desde  el  2003  la  familia  ha  esperado  este  momento  y   una vez  más  la  “justicia”  no  está  a  la  altura  de  la  verdad, esa  verdad  que   tiene   que   ver  con  la  vida,  el  amor,  con  el  cuidado  de  la  tierra  y  sus  gentes.     
   
He  visto  y  vivido  tantas  veces,  como  después  de  esa  espera  de  años  de  reconocimiento  del  daño  sufrido,   se  convierte  en  burla  macabra  y  en  otro  dolor  más  grande, si  es  que  pudiera  haber  más  que  el  de  perder  a  tu  hija.  Que  lo  “legal  sea  eliminar  al  contrario”  es  una  muestra  más  de  que  lo  que  llamamos  “política” no  está  a   la  altura  de  lo  humano, si  del  dinero  y  el  poder, o sea  de  legitimar  la   “destrucción  de  lo  que  estorba”.   
           
Cuando  vi  en  las  noticias  a  la  familia  de  Rachel  recordé  que  Milagros  Rivera  Garretas  en  la  Revista  Duoda,  nº 26  del  2004, (2) había  traducido del inglés una carta  de  Rachel  a  su  madre,  publicada  en  The Gaurdian,  a Milagros  se  la envió  Clara  Jourdan , Revista  Vía  Dogana. 

Cindy Corrie, la madre, contó a la prensa sentirse «herida»… «Creo que es un mal día no solo para nuestra familia, sino un mal día para los derechos humanos, para la humanidad, para el imperio de la ley y también para el país de Israel»… Testigos que no pudieron entrar a Israel por prohibición expresa del Ministro de Defensa, y que pudieron haber reiterado en la corte fraudulenta lo que presenciaron horrorizados, y refutado las irrespetuosas palabras del magistrado, porque Rachel ni siquiera hubiera podido salirse del camino del buldózer porque sus piernas habían quedado atrapadas por los escombros que le echaron encima con la maquinaria, a pesar de que el conductor la había visto perfectamente vestida con un jacket fosforescente naranja, como todos ellos, y a pocos pies de la maquinaría, y escuchado sus gritos para que detuviera la demolición. Sin embargo, el buldózer, luego de apresarla con los destrozos de la demolición, volvió a pasar una segunda vez y aplastó su cuerpo. 3

Rachel Corrie fue asesinada deliberadamente en Palestina el 16 de marzo de 2003 por una excavadora conducida por un soldado israelí, cuando intentaba evitar que derribar otra casa. Tenía 23 años. Era norteamericana y forma parte del International Solidarity Movement. La destrucción de la vida human en Rafah y de los medios para sostenerla continúa hoy (diciembre de 2003).

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27 de febrero de 2003
“Te quiero. Te echo muchísimo de menos. Tengo pesadillas horribles: tanques y excavadoras fuera de casa, y tú y yo dentro. A veces, la adrenalina me hace de anestesia durante semanas y, luego, por la tarde o de noche, me golpea de nuevo la realidad de la situación. Tengo mucho miedo por esta gente. Ayer vi a un padre que salió llevando de la mano a sus dos criaturas y pasó por el punto de mira de los tanques y de una torre de tiro y las excavadoras y los todoterreno, porque creyó que iban a hacer explotar su casa. Jenny y yo nos quedamos en casa con varias mujeres y dos bebés. Fue un error nuestro de traducción lo que le hizo creer que era su casa la que iban a hacer explotar. En realidad, el ejercito israelí iba a hacer estallar un explosivo enterrado allí cerca: parece que lo había colocado la resistencia palestina.
Esto está en la zona en la que el domingo juntaron y detuvieron fuera de la colonia a unos 150 hombres, rodeados por todos los lados del fuego de las balas, mientras los tanques y las excavadoras destruían 25 invernaderos, que son el medio de vida de 300 persona. El explosivo estaba justo en frente de los invernaderos, justo por donde entran los tanques que pueden volver a venir. Yo estaba aterrorizada pensado que a ese hombre le hubiera parecido menos arriesgado pasar por delante de los tanques con sus criaturas que quedarse en su casa. Me daba muchísimo miedo pensar que los iban a matar a todos, de modo que intenté ponerme entre ellos y el tanque. Esto es algo que pasa todos los días, pero precisamente este padre saliendo con sus dos criaturas y una cara muy triste, dio la casualidad de que me llamó más la atención en ese momento concreto, probablemente porque sentí que habían sido muestro problemas de traducción lo que le hizo salir.
Pensé mucho en lo que me dijiste por teléfono sobre la violencia palestina, que no ayuda a mejorar la situación. Hace dos años, sesenta mil habitantes de Refah trabajaban en Israel; ahora, solo 600 pueden  ir a trabajar a Israel y, de esos 600, muchos se han marchado de aquí, porque los tres puntos de control que hay de aquí a Ashkelon (la ciudad israelí más cercana) hacen de lo solía ser un trayecto de 40 minutos en coche, 12 horas de un viaje impracticable. Además, lo que en 1999 era paa Rafah fuentes de crecimiento económico, ha sido totalmente destruido: el aeropuerto internacional de Gaza (las pista demolidas y cerrado del todo); la frontera comercial con Egipto (ahora con una gigantesca torre israelí de tiro en medio del paso); el acceso al mar (completamente cortado durante los dos últimos años por un punto de control y la colonia de Gush Katif). El número de casas destruidas en Rafah desde el principio  esta intifada es de unas 600.  La mayoría de ellas pertenecía a gente que no tenía nada que ver con la resistencia: simplemente, vivían en la frontera. Creo que ya será oficial que Rafah es el sitio más pobre del mundo. Hasta hace poco tiempo, aquí había una clase media. También nos dicen que, en el pasado, las remesas de flores de Gaza a Europa solían ser retenidas durante dos semanas en el paso de Erez por motivos de seguridad. Te puedes imaginar lo que valían en los mercados de Europa flores cortadas dos semanas antes; así que ese mercado se secó. Y, entonces, llegan las excavadoras y se llevan por delante los huertos y las plantaciones de verdura de la gente. ¿Qué es lo que les queda? Dime si se te ocurre algo. A mi, no, Si a alguien entre nosotros le destrozaran por completo la vida y el bienestar, si viviera con sus hijos e hijas en un lugar en decadencia en el que sabe por experiencia que los soldados y los tanques  y las excavadoras puede llegar en cualquier momento y destruir todos los invernadero que habíamos cultivado por el tiempo que fuera, y lo hicieran mientras algunos eras golpeados y hechos prisioneros con otras 149 personas durante horas. ¿crees que intentaríamos usar algún medio violento para proteger lo poco que nos quedara? Pienso en esto especialmente cuando veo huertos, invernaderos y árboles frutales destruidos: son años de cuidados y de cultivo. Pienso en ti y en lo años que se necesitan para que las cosas crezcan, y en lo que es una tarea que se hace con amor. Realmente pienso que, en una situación similar, la mayoría de la gente se defendería lo mejor que pudiera. Pienso que el tío Craig lo haría. Pienso que la abuela, probablemente, lo haría. Creo que yo lo haría.
Me preguntaste sobre la resistencia pacífica. Cuando detonó ese explosivo ayer, rompió todas las ventanas de las casa de esta familia. Me estaban sirviendo el té mientra yo jugaba con las dos criatura. Estoy pasando por un momento terrible. Me duele muchísimo el estómago al verme atendida todo el tiempo, con todo el cariño del mundo, por gente que está al borde del desastre. Sé que, en los Estados Unidos, todo esto parece una exageración. La verdad es que, muchas veces, la amabilidad increíble de la gente de aquí, unida a las pruebas aplastantes de la determinación con que son destruidas sus vidas, hace que todo me parezca irreal. Verdaderamente, me cuesta creer que pueda ocurrir algo así en el mundo sin que suscite un clamor más grande. Me duele de verdad, una vez más como me ha dolido en el pasado, comprobar lo horrible que dejamos que sea el mundo. Sentí, después de hablar contigo, que tal vez no me acababas de creer. Pienso que está bien que no me creas, porque creo por encima de todo en la importancia del pensamiento crítico e independiente. Y me doy cuenta también de que, contigo, soy mucho menos cuidadosa de lo normal en lo que se refiere a fundamentar las afirmaciones que hago. Porque sé que tú lo investigarás. Pero hace que me preocupe el trabajo que estoy haciendo. Toda la situación que he descrito antes –y otras muchas cosas- van siendo una obra gradual –a menudo oculta, pero imponente- de destrucción de la capacidad de supervivencia de un grupo concreto de gente. Es a esto a lo que estoy  asistiendo aquí. Los asesinatos, los ataques con misiles y el matar a disparos a niños y a niñas son atrocidades, pero, al resaltarlas, me horroriza perderme el contexto. La gran mayoría de la gente de aquí aunque tuviera medios económicos para huir, aunque quisiese abandonar la resistencia en su tierra y marchase (lo cual parece, quizá, el menos macabro de los posibles, objetivo de Sahron), no puede hacerlo. Porque ni siquiera pueden ir a Israel a pedir un visado, y porque en los países de destino no les dejarían entrar (ni en nuestro país ni en los países árabes). Por eso pienso que, cuando todos los medios de supervivencia son una tira de tierra (Gaza) de la que la gente no puede salir, creo que se puede hablar de genocidio. Y aunque se pudieran marchar, creo que se podría hablad de genocidio. Quizá podrías mirar la definición de genocidio en el derecho internacional. No la recuerdo ahora. Espero llegar a saber ilustrarlo mejor. No me gusta usar esos palobros, tú lo sabes. Valoro inmensamente las palabras. Intento por todos los medios describir las cosas para que cada cual saque sus propias conclusiones.
Pero estoy divagando. Lo que quiero es escribirle a mi madre y decirle que estoy siendo testiga de este genocidio crónico y lleno de insidias, y que estoy asustadísima: me cuestiono mi fe inquebrantable en la bondad de la naturaleza humana. Esto hay que pararlo. Creo que vale  la pena que todas y todos lo dejemos todo y dediquemos nuestra vida a pararlo. Ya no creo que sea una decisión extremista. Sigo teniendo muchas ganas de bailar al son de la música de Pat Benatar, de tener novios, de dibujar tiras cómicas para mis colegas de trabajo. Pero también quiero que esto pare. Incredulidad y horror es lo que siento. Desilusión. Me decepciona saber que es esta la realidad básica de nuestro mundo, y que tú y yo somos de hecho coparticipes. No es esto en absoluto lo que pedí cuando vine a este mundo. No es esto absoluto lo que la gente de aquí pidió cuando vino a este mundo. Este no es el mundo al que papá y tú quisisteis que viniera cuando decidisteis tenerme. No es esto lo que yo quise decir cuando miré hacia Capital Lake y dije: “Este es el mundo y a él llego yo”. No pensaba que venía a un mundo en el que podría llevar una vida cómoda y, probablemente, sin ningún esfuerzo, existir sin enterarme en absoluto de que estoy participando en un genocidio. Oigo más explosiones fuertes a los lejos, ahí fuera.
Cuando vuelva de Palestina, seguramente tendré pesadillas y  me sentiré culpable todo el rato por no estar aquí, pero puedo canalizarlo en más trabajo. Venir aquí es una de las mejores cosas que he hecho jamás. Así que si parezco loca, o si el ejercito israelí abandonara su tendencia racista a no atacar a la gente blanca, por favor atribuídselo directamente al hecho de que estoy en medio de un genocidio del que soy indirectamente cómplice, y del que mi gobierno es en gran parte responsable.
Te quiero, y también a papa. Perdona la diatriba. OK, unos hombres desconocidos me acaban de dar unos guisantes, así que me tengo que ir a comérmelos y agradecérselos.
Rachel”
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La carta lleva fecha del 27 de febrero de 2003, ella fue asesinada  el  16  de  marzo. Tenía 23 años.

Querida  Rachel  no     si   era  esta  tu  canción   de  Pat  Benatar,  pero  ahí   queda  como  recuerdo  de  lo  que  a  ti  te   gustaba   bailar.


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Gracias  a  Milagros  Riveras  Garretas,  a  Clara  Jourdan,  a la   Revista  Vía  Dogana, a   DUODA  por  este   precioso testimonio.
Un  abrazo  grande, grande  a  todas  las  madres  que  han  sufrido  estas  situaciones  tan  terribles,  ellas,  como  primeras  maestras,  mostraron  a  sus  hijas  una  forma  de  estar  en   el  mundo  en  la que  el  amor  era  el  signo (4) para  que  la  vida  fuera   vida,  la   política  fuera  política   verdadera. 

Rosa   Millán   García.




[3] http://www.juventudrebelde.cu/internacionales/2012-08-29/rachel-corrie-y-la-burla-macabra-de-israel/ 

(4) Milagros  Rivera  Garretas,  "El amor es el signo".  Sabina Editorial.

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